Si Phoenix llevaba años y años manteniendo su puesto de trabajo en la oficina, no era precisamente por ser la número uno archivando documentos o cerrando tratos, sino por sus placenteras habilidades para tratar con los clientes más importantes, como en el caso de Danny. Desde mamadas extremas y galopadas interminables hasta la mejor y más intensa de las pajas con sus delicados pies, todo un portento.
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