Kendra contrató al amigo de su hijo para que le hiciera un trabajito en el jardín, pero tenía ya las braguitas mojadas de verle al sol sin camiseta, la madurita quería más. Johnny entró en casa para coger un merecido bocadillo que Kendra le había preparado, pero la que más hambre tenía en aquella caliente cocina era ella. Quizá era un buen momento para tomarse un descanso y disfrutar de los vicios de la MILF, así como de su duro culazo y su húmedo coñito.
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